La Historia de México está dirigida a todos los mexicanos. Pretende ser un medio para acercamos a nuestro pasado, así como contribuir a entender el presente y a construir un mejor futuro. Asimismo tiene la finalidad de ayudar a fortalecer nuestra identidad y unidad nacionales.
Los autores del libro son historiadores reconocidos por su destacada trayectoria profesional, pertenecientes a diferentes instituciones de investigación y enseñanza del país. Todos ellos son miembros de la Academia Mexicana de la Historia, una asociación independiente, creada en 1919 con el fin de estudiar y difundir la historia de México. Si bien es una obra de divulgación, cada capítulo está escrito con rigor profesional. Los hechos históricos a los que se refiere y su análisis están basados en estudios académicos, realizados por los propios autores y por otros especialistas. Se trata de una síntesis de la historia de México y ello explica la ausencia de muchos temas. No obstante, las bibliografías localizadas al final de cada capítulo pretenden ser un estímulo para los lectores interesados en ampliar sus lecturas sobre nuestra historia.
La obra comprende 13 capítulos. En "El espacio mexicano", Manuel Ceballos Ramírez describe el espacio geográfico de México, identificando tres grandes regiones: Norte, Centro y Sur, que divide a su vez en subregiones con una identidad más específica. Detalla cada una y subraya sus particularidades geográficas e históricas, así como la importancia económica y cultural que han tenido en el contexto regional y nacional, sin dejar de lado el significado histórico que guardan muchos de los toponímicos de ciudades, pueblos y accidentes geográficos.
En el segundo capítulo, "Orígenes y desarrollo de Mesoamérica", Miguel León-Portilla relata la historia antigua de México desde el pasado remoto hasta el momento previo a la llegada de los españoles. Destaca el papel preponderante de Mesoamérica como una de las civilizaciones originarias del planeta. Asimismo aborda la situación política, social y económica de los principales pueblos prehispánicos, entre ellos los olmecas, teotihuacanos, toltecas, mayas, zapotecos, mixtecos y mexicas, y destaca sus logros en el campo de las ciencias y las artes.
En el capítulo tercero, "La conquista de México", a cargo de José María Muriá, se habla del encuentro entre indígenas y españoles en 1519, de la toma de México Tenochtitlan en 1521 y de las subsecuentes expediciones de conquista que, llevadas a cabo entre 1521 y 1540, permitieron la incorporación de distintos señoríos mesoamericanos a la Corona española. El autor relata algunas de las batallas y menciona las estrategias militares y diplomáticas de los españoles, así como las medidas defensivas de los índigenas. También alude a los primeros gobiernos españoles y al arribo de 12 frailes franciscanos que iniciarían la evangelización de los indígenas.
Los tres siglos durante los cuales México perteneció al Imperio español, como virreinato de Nueva España, son abordados en los siguientes tres capítulos. En el capítulo cuarto, "El virreinato de Nueva España en el siglo XVI", Gisela von Wobeser toca los cambios que ex perimentó el territorio y la población a raíz de la colonización española, los cuales incidieron en la demografía, la ecología, la política, la economía, la religión y las costumbres. Se fija en la creación del virreinato novohispano Y en el mestizaje cultural y étnico, así como en el proceso de evangelización.
Jorge Alberto Manrique aborda en el capítulo quinto la situación virreinal durante el siglo XVII: la estabilidad política y la expansión de las actividades económicas en manos de españoles; los avances en el terreno de la evangelización; el creciente poder de la Iglesia; el fortalecimiento de la vida conventual; la expansión de la educación y el florecimiento de las ciencias y las artes, entre ellas la literatura, la arquitectura, la pintura, la escultura y la música.
El sexto capítulo, "El virreinato de Nueva España en el siglo XVIII", a cargo del recordado maestro Ernesto de la Torre Villar (+2009) , menciona las desigualdades sociales y las condiciones miserables de los estratos bajos de la población. Habla de los virreyes que gobernaron durante el siglo y da cuenta de los hechos más importantes sucedidos durante sus gobiernos. Estudia las reformas borbónicas, que permitieron un mayor control político por parte de la Corona y más captación de recursos económicos, así como el impacto que tuvo la ilustración en la cultura y el arte, especialmente en el terreno de las ideas.
En el capítulo séptimo, dedicado a la lucha por la Independencia, Virginia Guedea detalla el descontento de la población novohispana frente a la situación política y económica existente a finales del régimen virreinal, el surgimiento del movimiento insurgente en 1810, las contiendas militares con sus avances y retrocesos y el pacto establecido entre la insurgencia y las fuerzas realistas, que culminó con el fin de la lucha armada y la firma del acta de Independencia, el 28 de septiembre de 1821.
En el octavo capítulo, "El establecimiento del México independiente(1821-1848)", Josefina Zoraida Vázquez narra las dificultades que la nación tuvo durante los primeros años de su independencia para lograr estabilidad política y económica y para encontrar una forma de gobierno viable. Se refiere al Imperio de Agustín de Iturbide, la Primera República federal y los efímeros gobiernos centralistas, así como la guerra con Estados Unidos y sus consecuencias. También alude a las ominosas diferencias sociales que existían.
Andrés Lira se ocupa del periodo entre 1853 y 1887. Señala que durante dicho tiempo se consolidó la nación mexicana, pese a que atravesaba situaciones difíciles como levantamientos indígenas, enfrentamientos entre liberales y conservadores, la guerra civil conocida como de Reforma y la ocupación de territorio por parte del ejército francés. Asimismo se refiere al Segundo Imperio bajo Maximiliano de Habsburgo y a la restauración de la República, con Benito Juárez.
En el décimo capítulo Javier Garciadiego trata de los 33 años del Porfiriato, de la estabilidad política y el progreso económico que caracterizaron al país bajo dicho régimen, así como la modernización en cuanto a infraestructura, comunicaciones, educación y salud. En la parte final del capítulo habla de la crisis del gobierno porfirista, del surgimiento de grupos antagónicos, como el antirreeleccionista, y de la caída del régimen en 1910.
Álvaro Mutute se dedica en el decimoprimer capítulo, "Los años revolucionarios (1910-1934)", a los sucesos acontecidos durante el periodo conocido como Revolución mexicana. Inicia con el levantamiento de Francisco l. Madero en contra del régimen de Porfirio Díaz, su ascenso a la presidencia de la República y su muerte durante la Decena Trágica. Describe las distintas facciones revolucionarias, como el constitucionalismo, el villismo, el zapatismo, el obregonismo y el callismo; sus proyectos políticos; las pugnas entre ellas y las contiendas militares. Asimismo estudia los gobiernos revolucionarios de Madero, Carranza, Obregón, Calles y los del llamado Maximato.
Jean Meyer se refiere en el capítulo décimosegundo a las acciones revolucionarias pacíficas llevadas a cabo por Lázaro Cárdenas (1934-1940), entre ellas el reparto agrario y la expropiación petrolera. Describe los principales sucesos acontecidos durante los sexenios de Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Finalmente señala el frágil crecimiento entre 1970 y1982 y la severa crisis económica que se suscitó apartir de 1982.
En el último capítulo Enrique Krauze aborda 10 aspectos relevantes del México contemporáneo. En el terreno político habla de la transición a la democracia lograda en años recientes y, en el económico, de las consecuencias que para México trajo el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, entre otros acuerdos semejantes. Las difíciles condiciones en las que viven muchos mexicanos son descritas a la luz de dos fenómenos: la rebelión zapatista y la migración a Estados Unidos en busca de trabajo. Señala el narcotráfico y el deterioro ambiental como los mayores problemas que hoy día enfrenta el país.
Finalmente, resalta las figuras de dos mexicanos que han destacado a nivel mundial: el poeta Octavio paz y el científico Mario Molina. Para la Academia Mexicana de la Historia resulta altamente satisfactorio colaborar con la Secretaría de Educación Pública en esta empresa de escribir una Historia de México, y contribuir así a las celebraciones del bicentenario del inicio del movimiento de Independencia y del centenario del inicio de la Revolución mexicana.
GISELA VON WOBESER